Desde el 2010, el Asian Forum for Human Rights and Development (FORUM-ASIA) (Foro Asiático para los Derechos Humanos y el Desarrollo) ha utilizado una base de datos integrada para supervisar y documentar los abusos y las violaciones de derechos humanos contra los defensores de derechos humanos en Asia, así como las leyes y políticas represivas promulgadas por gobiernos asiáticos. Los datos registrados durante los últimos cuatro años muestran una situación en la que los defensores de derechos humanos y las organizaciones de la sociedad civil cada vez sufren más ataques.
En su informe más reciente, FORUM-ASIA identificó el acoso judicial y la criminalización de los defensores de derechos humanos como una de las principales estrategias utilizadas para atacar a los defensores y a sus organizaciones. Algunos países asiáticos han demostrado tener una gran destreza para poner a los defensores entre rejas, a través de tribunales irregulares y acusaciones falsas. Camboya, en particular, utiliza estas tácticas con frecuencia: Tep Vanny, por ejemplo, una de las más fervientes activistas de derechos sobre la tierra del país, ha estado detenida desde el 15 de agosto del 2016 con base en cargos ficticios, en un esfuerzo por intimidar a otros activistas.
El aumento gradual de las desapariciones forzadas y los asesinatos de defensores de derechos humanos es otro fenómeno sumamente inquietante. De hecho, hay categorías específicas de defensores de derechos humanos que son particularmente vulnerables. En el 2015 y el 2016, FORUM-ASIA registró 198 casos de ataques y acoso contra defensores del medio ambiente y los derechos sobre la tierra, defensores de derechos humanos comunitarios, defensores de derechos económicos, sociales y culturales (DESC), defensores de los derechos de los pueblos indígenas y defensores que trabajan en temas de responsabilidad corporativa. Según lo informado por Global Witness, cada semana del 2016, cuatro personas fueron asesinadas mientras protegían sus tierras y recursos naturales de industrias como la minería, la tala y la agroindustria.
La base de un mecanismo de protección eficaz depende de sistemas de respaldo sólidos a nivel nacional, regional e internacional; crear redes de protección para los defensores de derechos humanos es un importante punto de partida. Las redes podrían ser una primera línea de defensa, a la vez que proporcionan oportunidades para hacer contactos mediante una plataforma en la que los defensores pueden aprender unos de otros para mejorar su nivel de protección. Varias de estas redes ya están bien establecidas en América Latina y África, por lo que FORUM-ASIA las ha invitado a compartir sus conocimientos para desarrollar recursos similares en Asia. Actualmente, FORUM-ASIA está tratando de fortalecer esta clase de redes en Myanmar, Filipinas, Pakistán y Mongolia, reconociendo que este trabajo puede ser complicado o enfrentar obstáculos, según la situación de cada país. Como red de coordinación, el objetivo no es duplicar lo que están haciendo sus miembros; más bien, busca maximizar los recursos disponibles para que la víctima o el defensor en riesgo pueda disponer de ellos de inmediato. Además, estas redes pueden fomentar una sensación de solidaridad entre los defensores de derechos humanos y las agrupaciones nacionales, poniendo en contacto a los más vulnerables con las coaliciones sólidas que ya existen a nivel regional e internacional.
Flickr/Dying Regime/(CC BY 2.0)(Some Rights Reserved)
El memorial de Yameen Rasheed, un blogger y activista.
Dado que estos delitos suelen quedar impunes, cada vez es más complicado evitar que se cometan y garantizar que se haga justicia con las herramientas disponibles. Por ejemplo, cuando el destacado bloguero maldivo Yameen Rasheed fue brutalmente asesinado en las escaleras de su casa el 23 de abril del 2017, era evidente que su trágico destino estaba relacionado con el secuestro de su mejor amigo, Ahmad Rilwan Abdulla, ocurrido tres años antes; ambos eran fuertes voces en contra del extremismo islámico y las violaciones de los derechos humanos, pero no tenían una protección efectiva. Otro ejemplo es el de Gloria Capitán, una líder comunitaria involucrada en las protestas contra una instalación de almacenamiento de carbón a cielo abierto que fue abatida a tiros en Filipinas en el 2016.
Además de la impunidad generalizada de estos delitos violentos, el derecho a la libertad de expresión sigue siendo uno de los principales objetivos de las leyes represivas en toda Asia. El 22 de agosto del 2016 en Bangladesh, un país donde la expresión de la disidencia ya está restringida por la Ley de Tecnología de la Información y las Comunicaciones (TIC), el Consejo de Ministros aprobó el proyecto de ley “Ley de Seguridad Digital”, la cual proporcionará una amplia gama de sanciones draconianas para restringir de forma considerable el derecho a la libertad de expresión en línea. La mayoría de las leyes represivas son eficaces gracias a la formulación imprecisa de sus disposiciones; la propuesta “Ley de Seguridad Digital” no es la excepción.
Por otra parte, es frecuente que las leyes que supuestamente abordan cuestiones de seguridad nacional den pie al acoso y la criminalización de los defensores de derechos humanos en Asia. Un ejemplo de lo anterior ocurrió en julio del 2012, cuando el gobierno de Malasia reemplazó la Ley de Seguridad Interna 1960 con la Ley de Delitos contra la Seguridad (Medidas Especiales) (SOSMA, por sus siglas en inglés), la cual permite a la policía detener a los sospechosos en régimen de incomunicación durante 48 horas, así como su detención sin cargos ni acceso a los tribunales por hasta 28 días. Pasaron menos de cinco años antes de que los defensores de los derechos humanos comenzaran a ser acusados en virtud de la SOSMA. El 18 de noviembre del 2016, Maria Chin Abdullah, presidenta de Bersih 2.0, fue detenida y privada de libertad durante 11 días; la mantuvieron en una celda sin ventanas de 15 por 8 pies.
Los gobiernos asiáticos no pueden simplemente ignorar sus obligaciones legales internacionales, derivadas de las convenciones ratificadas, como el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, y de los principios y derechos básicos, como los que contiene la Declaración sobre los defensores de los derechos humanos que fue adoptada por consenso por la Asamblea General de las Naciones Unidas. Sin embargo, corresponde a la sociedad civil y a la comunidad más amplia de derechos humanos responsabilizar a estos países mediante la divulgación sistemática de sus acciones o el trabajo a través de canales diplomáticos.
Sin embargo, corresponde a la sociedad civil y a la comunidad más amplia de derechos humanos responsabilizar a estos países mediante la divulgación sistemática de sus acciones o el trabajo a través de canales diplomáticos.
Detrás de las cifras y las estadísticas hay personas que arriesgan sus vidas constantemente en Asia. Es necesario fortalecer las medidas de protección y rendición de cuentas. Si no queremos leer otro informe el año próximo en el que se registren aún más víctimas y violaciones, las comunidades y las organizaciones de la sociedad civil tienen que encontrar soluciones prácticas y sostenibles para fortalecer y proteger a los defensores de derechos humanos; nosotros creemos que las redes nacionales de defensores de derechos humanos deben ser el punto de partida.