La libertad de prensa durante la guerra civil en Yemen

Hombres leyendo un periódico en Sanaa, Yemen, en 2006. Crédito: Dmitry_Chulov / iStock

La libertad de prensa en Yemen, como han señalado observadores locales e internacionales, ha disminuido en medio de la guerra civil que comenzó en 2015. Los periodistas yemeníes tenían motivos para el optimismo tras la Conferencia de Diálogo Nacional de 2013, que condujo a la reestructuración del Código Deontológico Periodístico y a la reforma de las leyes utilizadas para restringir las actividades de los medios de comunicación durante la era del difunto presidente Ali Abdullah Saleh. Sin embargo, el informe de 2022 de Reporteros sin Fronteras sobre la libertad de prensa clasificaba a Yemen en el puesto 169 de 179 países, lo que indica el mal estado de la libertad de prensa.

Actualmente, Transparencia Internacional clasifica a Yemen en el puesto 176 de 180 países en su índice de corrupción, citando los intentos de socavar la libertad de prensa por diversos medios. Este artículo se centra en la libertad de prensa en Yemen durante los importantes cambios ocurridos en la última década, incluida la salida de Saleh del poder y la redefinición de la libertad de prensa. También hablo de la situación actual, que obstaculiza la libertad de los periodistas y los ciudadanos, como indican las estadísticas de las organizaciones de la sociedad civil y del Sindicato de Periodistas Yemeníes.

El éxito y la seguridad de la libertad de expresión y de la opinión pública sobre cuestiones concretas dependen a menudo de la fuente de la información y de si cuenta con el apoyo o la oposición de determinadas partes. Por ejemplo, en 2021, la serie de televisión saudí Rashash provocó la indignación pública tanto en el norte como en el sur de Yemen a raíz de una escena que los espectadores consideraron ofensiva para las mujeres yemeníes. Sin embargo, sólo los medios de comunicación situados en el norte cubrieron la historia, principalmente porque el norte está bajo el control de los rebeldes Houthi, que se consideran oponentes directos de Arabia Saudí. Por el contrario, cuando los salarios de los empleados del gobierno del norte de Yemen se retrasaron durante meses, la opinión pública se polarizó en función de las diferentes agendas políticas de los distintos medios de comunicación.

El artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos establece que todo individuo tiene derecho a la libertad de pensamiento y de expresión, lo que incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión. Las normas internacionales incluyen el establecimiento de órganos independientes de comunicación, la regulación de los medios y su personal, el derecho a acceder a la información y las restricciones civiles y penales. Yemen es uno de los países firmantes de la Declaración Universal de Derechos Humanos, pero no ha garantizado adecuadamente unos medios de comunicación independientes y libres del control gubernamental. En Yemen, los medios de comunicación deben obedecer a las autoridades desde el momento en que obtienen la licencia, y su cierre se basa a menudo en decisiones de seguridad nacional.

Cambios en la libertad de prensa después de 2010

Durante el mandato del difunto presidente Ali Abdullah Saleh, la libertad de prensa estuvo limitada durante mucho tiempo. A la mayoría de los medios de comunicación independientes no se les permitía funcionar sin la aprobación de las autoridades. Eran habituales las persecuciones de cualquier medio de comunicación que intentara operar sin el permiso del gobierno, especialmente tras el Movimiento del Sur en 2007. Este movimiento por la autonomía política y la representación de las regiones del sur fue seguido del cierre de Al-Ayyam, uno de los periódicos más antiguos del sur de Yemen.

Tras la salida del régimen de Saleh en 2012, Yemen se convirtió en uno de los seis países árabes en promulgar leyes que garantizan el derecho de acceso a la información. Esta ley incluye el derecho a obtener información sin demora de todas las autoridades estatales, excepto en asuntos relacionados con la seguridad nacional y la política exterior. Sin embargo, la aplicación de este marco legal sigue siendo un reto, ya que los documentos filtrados de los organismos gubernamentales suelen ser facilitados por empleados que temen por su seguridad y colaboran con el Sindicato de Periodistas Yemeníes.

Con motivo de la Conferencia de Diálogo Nacional de 2013, el Sindicato de Periodistas de Yemen adoptó un Código Deontológico Periodístico durante un seminario sobre el papel de los medios de comunicación en la configuración del ambiente de la conferencia y el apoyo al proceso de transición democrática. Este código esbozaba los siguientes principios generales:

  • Compromiso de apoyar y garantizar el éxito del diálogo nacional y el proceso de transición democrática.                                                                                                       
  • Libertad dentro de los límites de la responsabilidad.                                  
  • Profesionalidad dentro de los límites de la responsabilidad.

En el Día Mundial de la Libertad de Prensa, el Sindicato de Periodistas de Yemen destacó las crecientes violaciones desde la guerra de 2015, con 1.400 violaciones y 44 periodistas asesinados en los últimos diez años. Solo en 2020 se denunciaron 112 violaciones contra periodistas. Además, se han recortado los salarios de los empleados del sector de los medios de comunicación, lo que ha dejado sin efecto todos los esfuerzos para promover la libertad de prensa tras el fin de la Conferencia de Diálogo Nacional, incluidas las disposiciones relacionadas con los recortes salariales.

Recomendaciones

Ofrezco las siguientes recomendaciones, dirigidas a una serie de partes interesadas que incluyen organizaciones de medios de comunicación, defensores de los derechos humanos, ciudadanos de a pie y el Estado, con el objetivo de salvaguardar y promover la libertad de prensa en Yemen:

  1. Utilizar programas VPN seguros para la correspondencia periodística a fin de impedir que las entidades contrarias a la libertad de prensa sigan la pista de los periodistas, especialmente teniendo en cuenta el control de los Houthi sobre el centro de comunicaciones de Sanaa y el control de la coalición sobre el centro de comunicaciones de Adén.
  2. Fomentar el periodismo ciudadano, que retransmite virtualmente los acontecimientos de las provincias yemeníes a través de las plataformas de las redes sociales. Los periodistas también deben proteger sus fuentes de información para salvaguardar a las personas de posibles seguimientos por parte de las autoridades pertinentes. El periodismo ciudadano es también una alternativa a la información profesional, ya que los periodistas se ven cada vez más amenazados por la violencia.
  3. Establecer comités de derechos humanos en colaboración entre el Sindicato de Periodistas Yemeníes, las autoridades locales y entidades internacionales para procesar a las personas que hayan violado los derechos de los periodistas, invocando el principio de que "la justicia no caduca". En la actualidad, el sindicato no ha alcanzado el nivel de coordinación necesario para garantizar el cumplimiento de los derechos de los periodistas.
  4. Activar las disposiciones constitucionales aprobadas durante el periodo de transición que vivió Yemen entre 2011 y 2013. Estas disposiciones conceden el derecho de acceso a la información y aseguran que el Estado garantice la libertad de expresión de todos los grupos. Sin embargo, no se han aplicado de manera efectiva debido a los acontecimientos ocurridos en Yemen en 2015.
  5. Crear un nuevo Código Deontológico Periodístico que haga hincapié en que los medios de comunicación representan los intereses de la sociedad, centrándose en la transparencia y la credibilidad. La sociedad debe proteger a los medios de comunicación frente a las divisiones políticas del país. La solidaridad de los ciudadanos yemeníes en respuesta al caso de cuatro periodistas condenados a muerte por las autoridades houthis, así como los casos de los periodistas Abdullah Bakir y Ahmed Al-Yazidi, detenidos arbitrariamente por la segunda región militar afín al gobierno del presidente Hadi, ejemplifican este planteamiento. El tribunal no ha podido emitir ningún veredicto contra estos periodistas, ya que los ciudadanos protestaron y participaron en campañas en las redes sociales para exigir el fin de su detención.

Mediante la aplicación de estas recomendaciones con el apoyo de diversas partes interesadas, Yemen tiene el potencial de fortalecer la protección de las libertades y los derechos periodísticos. La prensa debe contar con un entorno en el que pueda prosperar de forma independiente y responsable, reflejando y salvaguardando los intereses de la sociedad a la que sirve.