Una piloto de Eurofighter Typhoon de la Real Fuerza Aérea Británica. Fuente: Flickr
Durante décadas, las mujeres han escuchado historias sobre otras mujeres y niñas que fueron golpeadas, asesinadas, acosadas o discriminadas por su género. Las mujeres también escuchan cómo la desigualdad de género influye de manera negativa en su independencia y desarrollo profesional y cómo los estereotipos de género obstaculizan sus opciones y las frenan.
Incluso al hacer esta lista siento miedo, no sólo por otras mujeres, sino también por mí misma. Pero ahora, como nunca, es el momento de que escuchemos más sobre los logros y las historias de éxito de las mujeres que lucharon por sus sueños y sus derechos, a pesar de estos desafíos. Mujeres que actúan como modelos de conducta, y cuyas historias nos inspiran, nos animan a hablar en voz alta si otros se niegan a escucharnos, a levantarnos si otros no se fijan en nosotras, y a protestar si otros descuidan nuestros derechos.
¿Dónde podemos encontrar esta inspiración? Tenemos que ir más allá de las redes sociales y la televisión y de las mayores campañas de promoción de los derechos de las mujeres y las niñas, porque la mayoría de las campañas de promoción se centran en comunicar problemas y desafíos, en lugar de soluciones. Comunican miedo en lugar de esperanza.
Si los defensores de los derechos de la mujer quieren hacer campañas eficaces y conseguir resultados tangibles, deben unirnos en torno a la lucha contra la violencia hacia las mujeres y la promoción de la equidad, y utilizar la creatividad y la sencillez para empoderar y apoyar a las mujeres. Cuando se comunica sobre los derechos humanos, y específicamente sobre los derechos de las mujeres, muchas campañas intentan que nos compadezcamos de las mujeres al hacer hincapié en su vulnerabilidad. Pero deberían hacer lo contrario. Construir campañas sobre la esperanza y promover sus resultados positivos, y mostrar un futuro más brillante, es la base principal de las comunicaciones basadas en la esperanza.
Ahora, como nunca, es el momento de que escuchemos más sobre los logros y las historias de éxito de las mujeres que lucharon por sus sueños y sus derechos, a pesar de estos desafíos.
Nadya Benklyan, una mujer piloto, es una rareza en su profesión en los países patriarcales debido a los estereotipos profundamente arraigados sobre las capacidades y los roles de las mujeres. Mari Gurgenishvili es la única mujer mecánica marinera de la nación de Georgia, y su historia es inspiradora. Actúa como modelo entre sus compañeros y anima a todos a perseguir sus sueños. Estas son historias reales de mujeres subrepresentadas que nos unen e inspiran esperanza para una sociedad más equitativa, a pesar de los muchos desafíos.
Los videos de arriba acerca de estas mujeres están muy lejos de los materiales promocionales que pretenden crear lástima por las mujeres; en cambio, las empoderan y les dan apoyo. Hay organizaciones cuya misión general es empoderar a las mujeres y las niñas al brindar formatos creativos de interacción. World Pulse se basa en tres pilares principales que contribuyen al empoderamiento de las mujeres. Crea una plataforma para que las mujeres establezcan conexiones, compartan sus historias y construyan solidaridad al utilizar narrativas positivas para el cambio social. Para crear conciencia no se necesitan carteles de mujeres llorando, golpeadas y magulladas, ni reconstrucciones en video de la violencia. Sabemos que estos problemas son la realidad, y las campañas deben presentar soluciones y explicar cómo esas soluciones beneficiarán a la sociedad.
Para crear campañas eficaces basadas en la esperanza que transmitan soluciones, no sólo problemas, me gustaría ofrecer mi propia receta basada en la unidad, la creatividad, la simplicidad y la interseccionalidad.
La unidad significa tener un enfoque común al hacer campañas por el cambio, sin importar la organización que representemos. Muchas organizaciones con el mismo perfil compiten entre sí, y las organizaciones de derechos humanos no son una excepción. Si nos centramos en las organizaciones intergubernamentales, podemos ver retos adicionales relacionados con el "enfoque de unidad" porque a menudo, en lugar de comunicar las necesidades de la sociedad a la que sirven, la primera prioridad de estas organizaciones es comunicar sus propios objetivos, logros y acontecimientos cotidianos, lo que socava las voces de las mujeres y las niñas, en especial las que pertenecen a comunidades subrepresentadas y no dominantes. Esta forma de pensar podría aplicarse a las organizaciones no gubernamentales, pero hay organizaciones de alto perfil que superan estos retos y comunican las necesidades de las mujeres y las niñas en todo el mundo de forma más eficaz. Vemos que las actividades de Equality Now, Pro Mujer, el Centro de Derechos Reproductivos y decenas de otras ONG unen a las mujeres en torno a temas comunes y las impulsan a ser independientes, orgullosas y audaces.
La creatividad significa responder a la demanda de información variada en un entorno tecnológico de ritmo rápido. Según los últimos datos, las dos principales razones por las que la gente utiliza Internet son la búsqueda de información, con un 61,0 %, y la actualización de noticias y eventos, con un 53,1 %. Los datos parecen prometedores, pero suponen un reto cuando se trata de comunicar temas no relacionados de manera directa con el entretenimiento, concretamente los derechos de la mujer y la igualdad de género. Esto muestra de forma clara que hay que reconsiderar los enfoques de comunicación y el estilo de cómo comunicamos los derechos de las mujeres y las niñas, y cambiar los formatos. Tenemos que atrevernos a experimentar, a contar historias empoderadoras, a crear plataformas para escuchar las voces subrepresentadas y a encontrar formas de inspirar que hagan que otros acepten nuestros mensajes y se unan a nuestra batalla.
La simplicidad es la clave, porque la jerga mata la comunicación. La gente no tiene tiempo para averiguar lo que significan los términos específicos, lo que está escrito en las leyes y si esto está armonizado con las normas internacionales. En cambio, les interesa la causa y cómo afecta a sus vidas y lo que pueden hacer para contribuir al cambio. Si las cosas son sencillas, es más probable que la campaña tenga éxito.
La interseccionalidad no es un enfoque nuevo, sino algo que se ha priorizado recientemente en la agenda de los derechos humanos y la comunicación. A nosotras, como mujeres, nos gustaría escuchar historias de empoderamiento de mujeres con los mismos orígenes y desafíos. También nos gustaría escuchar más sobre las mujeres de color; sobre las mujeres procedentes de zonas rurales, países en desarrollo, culturas no dominantes, lenguas, religiones; y sobre las mujeres con discapacidades y diferentes orígenes educativos o estatus sociales. Nos gustaría escuchar historias no contadas y no habladas. Nos gustaría ver a estas mujeres en las campañas y durante las conferencias de prensa, las entrevistas con los medios de comunicación y las reuniones oficiales. Tienen derecho a hablar en su propio nombre y a participar.
Para ser claros, un enfoque basado en la esperanza y las sugerencias enumeradas antes no se esconden de la realidad ni ocultan la realidad a su público. Pero representar a las mujeres sólo como víctimas las convierte en objetos de compasión, no en sujetos de sus propias historias inspiradoras.
Y hay millones de mujeres que esperan la inspiración. Están cansadas de ser manipuladas y están dispuestas a luchar por sus derechos. Nuestro papel como comunicadores es mostrarles cómo hacerlo, porque tenemos que luchar y ganar esas luchas, no dentro de una década o dos, sino hoy y mañana.