La descentralización puede fortalecer a las agrupaciones globales de derechos humanos

El debate sobre la internacionalización de las agrupaciones de derechos humanos en openGlobalRights ha inspirado un frenesí de comentarios sobre esta “nueva” tendencia, pero la descentralización no es algo nuevo para ActionAid International. En enero de 2004, transferimos nuestras oficinas centrales de Londres a Johannesburgo, con lo que tomamos el primer paso práctico y simbólico de nuestra larga travesía de internacionalización organizacional.

Hoy en día, ActionAid trabaja con 15 millones de personas en 45 países para acabar con la pobreza y mejorar los derechos humanos. Somos la única organización internacional para el desarrollo con sede en África, aunque ahora otras están siguiendo nuestros pasos.

La internacionalización transformó a ActionAid de una organización para el desarrollo basada principalmente en Europa que trabajaba en África, Asia y Latinoamérica a una federación global gobernada y dirigida por miembros iguales a lo largo del mundo. No se trató simplemente de mover personal y recursos a África, sino también de trasladar el poder organizacional. Todos nuestros países miembros, dondequiera que estén, cuentan con la misma voz y los mismos derechos de voto que los que están basados en los países donantes tradicionales de Europa, los Estados Unidos y Australia.


ActionAid (All rights reserved)

Female garment workers in Bangladesh who attend the ActionAid-supported Rights Café call for action and demand respect for labour laws.


Este cambio, que se consideró radical en su momento, estuvo impulsado por el deseo de ser coherentes con nuestros valores de colocar a los pobres y marginados en el centro de nuestras labores. Si realmente queríamos erradicar la pobreza y la desigualdad en el mundo en vías de desarrollo, nos dimos cuenta de que no podíamos continuar con una estructura de poder que dejara las decisiones críticas solamente en manos de nuestros miembros más ricos. Un elemento central de esta idea, y de todo el debate sobre la internacionalización, es nuestro reconocimiento de que ceder poder no significa tener menos poder. Por el contrario, para nosotros la descentralización y la igualdad se tratan de tener el tipo correcto de poder en conjunto. Al trabajar juntos en igualdad de condiciones, desarrollamos una voz colectiva más fuerte.

Esta transformación requirió un gran salto de fe y confianza mutua. Hubo momentos de ansiedad en la medida en que nuestros afiliados norteños se daban cuenta de que tenían menos control sobre sus homólogos sureños, así como una inquietud comprensible con respecto a las implicaciones sobre la rendición de cuentas para los donantes del Norte. Era esencial que estableciéramos sistemas robustos y nos aseguráramos de que nuestros miembros recién empoderados tuvieran la capacidad de realizar su trabajo y usaran su poder de toma de decisiones para el bien de la federación de ActionAid.

Contar con un Secretariado Internacional eficaz fue clave para apoyar a los nuevos miembros, así como para garantizar la coordinación y fomentar la responsabilidad mutua. La transición de una Mesa Directiva Internacional conformada principalmente por designación a una Asamblea General por elección de los miembros tomó tiempo. Y aunque ActionAid UK perdió poder cuando cedió la propiedad de ActionAid a la federación, tiene la misma oportunidad de influir en las decisiones, y ya no tiene que cargar con todos los riesgos.

Enfrentamos varios desafíos externos durante el establecimiento de organizaciones nacionales, incluidos las leyes nacionales y marcos legales distintos para el registro de ONG, las restricciones a la membresía de las mesas directivas nacionales, la diversidad de culturas de gobernanza (desde mesas directivas nacionales hasta asambleas) y las distintas actitudes de los gobiernos hacia las ONG. El proceso tomó más tiempo de lo previsto, pero tuvimos éxito gracias a la negociación paciente, la adaptabilidad, la flexibilidad y, lo más importante, la construcción de alianzas nacionales para que abogaran a nuestro favor.

Para abordar los problemas, las instituciones y los procesos que alimentan la pobreza y la injusticia, teníamos que empezar por las bases y predicar con el ejemplo en materia de la devolución de poder. Para abordar los problemas, las instituciones y los procesos que alimentan la pobreza y la injusticia, teníamos que empezar por las bases y predicar con el ejemplo en materia de la devolución de poder.

No es posible erradicar la pobreza enfocándose solamente en el nivel local o nacional. En cambio, las preocupaciones y las voces de quienes viven en la pobreza tienen que ser el motor de nuestros planes y ayudarnos a incrementar nuestro impacto a nivel global. La internacionalización también contribuyó a aumentar nuestra responsabilidad hacia las personas con las que trabajamos, así como nuestra legitimidad dentro de los países.

Claro que la internacionalización no ha sido, ni puede ser, una acción puntual o un fin en sí misma. Al pasar de los años, hemos seguido revisando y perfeccionando el proceso a fin de mejorar nuestras maneras de trabajar y de ser más eficaces. El  año pasado realizamos una reestructuración que llevó la internacionalización un paso más allá al delegar algunas de las funciones que antes realizaba el Secretariado Internacional de ActionAid a los países miembros.

Ahora los países utilizan su experiencia y conocimientos prácticos para tomar un papel de liderazgo en temas específicos dentro de la lucha mundial contra la pobreza. Por ejemplo, ActionAid Bangladesh asumió el liderazgo de nuestro trabajo sobre cambio climático y resistencia con ActionAid USA, mientras que ActionAid Liberia dirige nuestra campaña global a favor de ciudades más seguras para las mujeres. Cada vez más, el papel de ActionAid International es el de facilitar mayores actividades de colaboración y trabajo a lo largo de varios países.

Esta descentralización aumenta las responsabilidades y el poder de los miembros del mundo en vías de desarrollo dentro de nuestra federación global. Fomenta que se realicen más investigaciones y activismo dirigidos por los países que vinculen las bases populares con el entorno internacional; un elemento clave de nuestra teoría sobre el cambio. La campaña Tax Power (Poder Fiscal) de ActionAid, por ejemplo, va desde la exigencia de las comunidades de Zambia de que su gobierno ponga fin a los incentivos fiscales para las compañías multinacionales, y la petición de mayores gastos en salud, educación y otros servicios públicos esenciales, hasta los esfuerzos de incidencia ante el G20 en materia de reformas fiscales a nivel global.

También invertimos en actividades de recaudación de fondos en países de medianos ingresos y mercados emergentes en los que hay una clase media cada vez mayor con un gran potencial para generar fondos. Las señales son positivas: hay personas en Brasil, por ejemplo, que no solamente patrocinan niños dentro de su propio país, sino también niños en Mozambique y Haití. Actualmente recabamos fondos dentro de países en vías de desarrollo para apoyar a otros integrantes de la federación. Esto es muy diferente del modelo tradicional de financiamiento de ActionAid, que solía depender de los fondos del Norte para financiar las actividades en el Sur.

En Brasil, por ejemplo, empezamos a recaudar fondos en 2007, y cubrimos nuestras inversiones de recaudación de fondos en un año. En los mercados tradicionales de recaudación de fondos, recuperar inversiones similares puede tomar hasta tres años. Además, nuestra tasa de retención de nuevos patrocinadores es relativamente alta en los mercados emergentes: 87 % en la India y 78 % en Brasil. Esto se compara favorablemente con las tasas de retención más bajas de los entornos de recaudación de fondos tradicionales, como los EE. UU., el Reino Unido y otros países acaudalados.

En esencia, estamos creando el espacio para una forma renovada de internacionalismo Sur-Sur. La sociedad civil y la población de un país del Sur global pueden contribuir a que haya cambios en otro lugar del Sur global, ya sea aportando fondos directamente o influyendo en las políticas de inversión, comercio, cooperación y relaciones exteriores de sus propias economías.

ActionAid debe vigilar constantemente los cambios en la economía y la política a nivel mundial. Ahora hay más movilización y participación en los países en vías de desarrollo, aunque el espacio político para las agrupaciones de la sociedad civil se está reduciendo. La tecnología contribuye a crear un mundo cada vez más interconectado con oportunidades enormes para realizar campañas solidarias, a pesar de que muchos países se están volviendo más conservadores e insulares. Además, los mercados tradicionales de recaudación de fondos en Europa y otras regiones se han deteriorado debido a sus aflicciones económicas. Las personas alrededor del mundo están más cerca que nunca, pero en otros sentidos, la brecha está aumentando.

Como sea que cambiemos durante los próximos años, la internacionalización y la descentralización seguirán siendo aspectos centrales del trabajo de ActionAid.