La caverna de Platón tiene salida: El uso de datos para iluminar los derechos humanos

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Existe una famosa alegoría propuesta por Platón conocida como el “Mito de la Caverna“. A través de ella podríamos imaginar una cueva oscura en la que viven los presos desde sus primeros años. En este lugar oscuro donde vivían atados, aunque no eran conscientes de esta limitación, no podían ver la luz exterior, sino sólo las sombras proyectadas en las paredes. Estas distorsiones de las formas y los movimientos son la única manera en que estos prisioneros pueden entender la inmensidad del mundo exterior y, por lo tanto, tenían una comprensión muy limitada y sesgada de la realidad.

La alegoría es útil para pensar en situaciones en las que se imponen limitaciones que nos impiden comprender el mundo de una manera más amplia, más verdadera, más iluminada.

Propongo un paralelismo con la forma en que se nos enseña a encajar en cajas en varios aspectos, incluidos los académicos e intelectuales. Una de las consecuencias de la división del conocimiento entre humanidades, ciencias exactas y biológicas es que adoptamos una serie de estereotipos y creencias limitantes. Un buen ejemplo de ello es el chiste de que “ser de humanidades es confiar en que el resultado es correcto”, que alude a una supuesta dificultad para hacer cálculos rápidos para quienes son “de humanidades”.

Los cursos de derecho y la práctica forense reproducen gran parte de esta filosofía, como si pudiéramos vivir y como si realmente fuéramos incapaces de elaborar gráficos, analizar hojas de cálculo y reflexionar sobre estudios científicos. Los tribunales brasileños, por su parte, rara vez utilizan pruebas y análisis cuantitativos o científicos para tomar decisiones.

Los últimos años, marcados y muy agravados por la pandemia, nos han dejado claro la importancia de la ciencia y cómo la realidad puede imponerse en nuestras vidas como un incómodo destello ante nuestros ojos entreabiertos. En este periodo estuvimos expuestos diariamente a gráficos, proyecciones, curvas, mapas, índices y tasas y a un vocabulario técnico-científico que antes no conocíamos.

Tras un periodo de adaptación en el que nuestras “pupilas mentales” se han ajustado a la nueva información, una posible observación es que poder demostrar nuestras ideas más allá de la palabra es fascinante. Y ayuda al esfuerzo de la argumentación y la didáctica, lo cual irradia nuestro mensaje mucho más allá, acompañado de la velocidad de la luz en la que operan las redes sociales. Pido permiso para ilustrar esto con algunos casos.

Sabemos que el autoritarismo de Jair Bolsonaro coquetea con el uso de instrumentos abusivos que heredamos, en Brasil, del período dictatorial militar, como la “Ley de Seguridad Nacional” (LSN). Pero para demostrar eficazmente lo extendido y desenfrenado que se ha vuelto este uso, no basta con afirmarlo.

Por mucho que contar historias de periodistas y otras personalidades que han sido objeto de un escrutinio indebido haya demostrado ser una importante herramienta de denuncia, llegar a nuestra misma conclusión podría depender de factores subjetivos de la otra parte, como la simpatía o la antipatía por esas figuras.

Así que, en lugar de simplemente gastar litros de tinta para convencer de que Bolsonaro ha estado haciendo mal uso de la LSN, la recopilación de datos y el uso de gráficos nos permite ser mucho más convincentes y didácticos para mostrar este abuso en su totalidad:

 Fuente: Policía Federal. Solicitud de acceso a la información nº 08198.008721/2021-42

La supuesta neutralidad de las cifras (de la que podremos hablar más adelante) ayuda a convencer de que existe un problema, en la medida en que es difícil no reconocer que los últimos años concentran casi un cuarto de las investigaciones abiertas en todo el periodo.

Además, en el importante esfuerzo por demostrar siempre los efectos perversos del racismo, el uso de datos y visualizaciones también puede ser un aliado. Sabemos que la realidad del sistema penitenciario brasileño es una ilustre desconocida para la mayoría de la sociedad y, por ello, es especialmente importante ayudar a esta comprensión y dar una dimensión más contundente del sesgo racial en el encarcelamiento:

Fuente: Datos del Sistema Nacional de Departamentos Penitenciarios (SISDEPEN). Tratamiento y elaboración propios: https://github.com/rfdornelles/penitenciaR

Para algunos, oír hablar de “genocidio de la población negra“ puede parecer un mero recurso retórico o un sesgo intrascendente “de la gente de los derechos humanos”. Sin embargo, recopilar datos y exponerlos a nuestro interlocutor puede ser eficaz para perturbar e ilustrar la gravedad del problema, en el que hay tres veces más negros muertos por la policía que blancos:

Fuente: Foro de Seguridad Pública de Brasil. https://www.forumseguranca.org.br/wp-content/uploads/2019/10/Anuario-2019-FINAL_21.10.19.pdf

Pero no sólo “los que están fuera de la burbuja” pueden beneficiarse de un mejor uso de los datos y la información sistematizados. Esta estrategia lo tiene todo para ser fundamental a la hora de entender mejor nuestras instituciones y diseñar estrategias más eficaces.

En el ámbito de los litigios estratégicos, podemos aplicar técnicas estadísticas para observar el comportamiento de las instituciones, con lo que se obtiene una visión más precisa —y menos sombría— de estos fenómenos.

En lugar de confiar en nuestra intuición (que puede ser manipulada por las cajas de resonancia de los algoritmos de las redes sociales), ¿no tendría sentido mirar los datos y tratar de entender el papel del Tribunal Supremo en el momento actual en que nos encontramos?

Extraído de la página web del Tribunal Supremo. https://lab.abj.org.br/posts/2021-04-13-stf-controle-concentrado/

El gráfico anterior grita que hay un aumento en la cantidad de acciones llevadas al STF desde 2018, indicando la importancia de este Tribunal en el momento actual, así como puede llevarnos a pensar en los impactos de esta intensificación de la litigiosidad en nuestras estrategias. Veamos otro aspecto:

Extracción propia, de la página web del Tribunal Supremo. https://lab.abj.org.br/posts/2021-04-13-stf-controle-concentrado/

Podemos observar, entre otros aspectos, un creciente uso de acciones del tipo “ADPF” (Argumento de Incumplimiento de Precepto Fundamental), que puede estar siendo utilizado como reacción a otro tipo de normas no cuestionables tradicionalmente a través de la Acción Directa de Inconstitucionalidad (ADI), como reacción creativa al también creativo autoritarismo bolsonarista.

No quiero que abusemos de la claridad de nuestros ojos, ya tan cansados de ver injusticias. Sin embargo, me gustaría apostar por que estas breves provocaciones puedan sacar a relucir el brillo de nuestros ojos -la llamada ventana del alma- y nos permitan mejorar nuestras estrategias legales, haciendo más asertivos nuestros esfuerzos con los litigios o el convencimiento en general.

En un escenario de debilitamiento de la democracia, de ataques a las instituciones y de un probable empeoramiento generalizado de los indicadores sociales, parece oportuno tender puentes con la academia, los centros de investigación y otras áreas de conocimiento, utilizando las tecnologías y el conocimiento para llevar la realidad de forma más efectiva a los expedientes judiciales.

Así que tal vez podamos hacer que Platón se sienta orgulloso de vernos emerger de esas cuevas en las que decidimos atrincherarnos, iluminando con nuestras “percepciones” y ayudándonos a ver y alcanzar nuevos caminos antes ocultos.