En octubre de 2022, la Corte Suprema de India dictó sentencia en el caso del Estado de Jharkhand contra Shailendra Kumar Rai (2022). El tribunal de dos jueces, compuesto por el juez DY Chandrachud y la jueza Hima Kholi, sostuvo que la práctica de la llamada "prueba de los dos dedos" en un caso de presunta violación y agresión sexual era una "prueba regresiva e invasiva" y no tenía "base científica y ni prueba ni refuta las acusaciones de violación."
Esta "prueba de virginidad" es un examen de los genitales femeninos para evaluar la historia sexual de la examinada a través de la presencia o ausencia de himen y la laxitud de la vagina. Esta práctica se utiliza en muchas comunidades para separar a las mujeres "puras" de las "impuras", para la selección militar y para determinar las acusaciones de violación o agresión sexual. La práctica es o era frecuente en países asiáticos como Afganistán, Bangladesh, India, Indonesia, Irán, Pakistán, Sri Lanka y Tayikistán.
Esta prueba colonial del siglo XVIII es tosca y poco fiable y sustenta gran parte de la discriminación, el acoso y la hostilidad social hacia las supervivientes de violaciones. Además, la literatura médica sugiere que la prueba no tiene fundamento. Los estudios de bioética han argumentado que esta práctica inmoral sobrepasa lo necesario para penalizar la mala praxis médica y procesar un caso individual de agresión sexual.
En India, la prueba se utiliza para transformar el testimonio o las alegaciones de agresión sexual o violación en declaraciones de relaciones sexuales consentidas bajo la premisa de que la superviviente estaba "habituada a las relaciones sexuales", lo que sugiere la incorrección moral de la víctima. Según un informe de Human Rights Watch de 2010, las instituciones médicas de India sometían con frecuencia a las supervivientes de violaciones a este tipo de pruebas durante los exámenes forenses. El informe analizó 153 decisiones de Tribunales Superiores indios relacionadas con acusaciones de violación en todo el país y destacó que muchas cortes utilizaban las conclusiones de esta prueba para hacer comentarios sobre el carácter de las mujeres, a menudo calificándolas de "mujeres de virtud fácil." Otro estudio reveló que en 74 casos de los 160 resueltos por los Tribunales Superiores en 2010 se deliberó específicamente sobre los resultados de la prueba.
La OMS y la ONU han declarado la prueba como no científica e innecesaria en términos médicos, pero seguía siendo practicada por muchos funcionarios médicos en India y reconocida por las cortes indias en la determinación de testimonios. Pratiksha Baxi, jurista feminista, sostiene que "todas las víctimas de violación, independientemente de su edad, son sometidas a una imitación invasiva del acto de violencia sexual mediante la técnica de la prueba de los dos dedos".
El caso y el razonamiento de la corte
En el caso del Estado de Jharkhand contra Shailendra Kumar Rai (2022), la Junta Médica realizó la prueba a una menor superviviente de violación para determinar si la superviviente había mantenido relaciones sexuales repetidamente o no. El acusado también había prendido fuego a la superviviente de la violación después de la agresión sexual y, posteriormente, la superviviente sucumbió a sus heridas. Anteriormente, el Tribunal Superior de Jharkhand había descartado la condena a cadena perpetua con base en testimonios médicos y declaraciones de testigos.
En su decisión, la Corte Suprema señaló que la prueba "revictimiza y vuelve a traumatizar" a las mujeres que pueden haberse enfrentado a una agresión sexual y es una "afrenta a su dignidad". Además, la corte hizo referencia a un caso anterior, en el que se sostenía que la prueba de los dos dedos viola el derecho a la intimidad, la integridad y la dignidad, y que las supervivientes de violación tienen derecho a un recurso legal que "no las vuelva a traumatizar ni viole su integridad física o mental y su dignidad".
Además, la corte observó que la prueba se basa en el supuesto incorrecto de que una mujer sexualmente activa no puede ser violada y, por tanto, el historial sexual de una mujer es totalmente irrelevante para determinar las acusaciones de violación o agresión sexual. J. Chandrachud señaló además que la prueba de los dos dedos es patriarcal y sexista porque pretende declarar que no se puede creer a una mujer sexualmente activa cuando alega una agresión sexual. En particular, la corte emitió directrices dirigidas al Gobierno de la Unión de India y a los gobiernos estatales para garantizar que no se prescriba la prueba de los dos dedos al examinar a las supervivientes de agresiones sexuales y violaciones.
La penalización de la prueba
La persistencia de la prueba de los dos dedos, a pesar de haber sido declarada inconstitucional en 2014, refleja que el mero pronunciamiento de su inconstitucionalidad no fue suficiente para proteger a las supervivientes de violación de la revictimización y la retraumatización. Por ello, era imperativa la penalización del uso de la prueba por parte de los facultativos médicos en todo el país, con reformas sociales para desmantelar la perspectiva patriarcal y sexista que subyace a la prueba. La Corte Suprema dictaminó que cualquier médico que realice la prueba de los dos dedos mientras examina a una persona que presuntamente ha sido objeto de una agresión sexual, en contravención de las instrucciones de la corte, será culpable de conducta indebida.
Según los instrumentos internacionales de derechos humanos, el uso de la prueba bajo el disfraz de un examen médico es cruel, despectivo y viola el artículo 7 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP) y el artículo 5 de la Declaración Universal de Derechos Humanos (DUDH), respectivamente. El artículo 7 del PIDCP prohíbe específicamente cualquier experimento médico o científico sin "libre consentimiento". Además, la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Principios Fundamentales de Justicia para las Víctimas de Delitos y del Abuso de Poder (1985) obliga a que los supervivientes de agresiones sexuales tengan derecho a asistencia letrada y a que los Estados Partes adopten medidas para minimizar las molestias a las víctimas y proteger su intimidad. Asimismo, la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW), en sus artículos 2(d) y 2(f), prohíbe todas las formas de discriminación contra la mujer y, en su artículo 5(a), estipula que los Estados Partes deben erradicar los prejuicios y las prácticas consuetudinarias que estereotipen a personas o grupos. Sin embargo, la concepción y la comisión de la prueba en sí están estructuradas sobre el estereotipo de que las mujeres no tienen actividad sexual hasta que están casadas.
La revictimización y el trauma psicológico causados por la prueba son graves y podrían contribuir a aumentar la depresión, la ansiedad y el acoso mental. Científicamente, la prueba tampoco da lugar a la presunción de consentimiento por parte de la superviviente.
Por lo tanto, la penalización de la prueba de los dos dedos no sólo protegería los derechos de la víctima, sino que también pondría a India en conformidad con sus obligaciones internacionales como Estado parte de los instrumentos internacionales mencionados. El poder legislativo indio debería tener en cuenta las indicaciones de la corte e introducir un proyecto de ley o modificar los estatutos existentes, para así penalizar la práctica de la prueba de los dos dedos por parte de cualquier médico para cualquier fin.